“En México 1 de cada 115 personas tiene autismo”
Por definición, el autismo es un conjunto de trastornos complejos del desarrollo neurológico caracterizado por dificultades en las relaciones sociales, alteración en la capacidad de comunicación, patrones de conducta estereotipada, restringida y repetitiva. La palabra “trastorno” puede asociarse a una connotación negativa, por lo cual, la nueva visión consiste en llamarle “condición”.
Para fines prácticos, podemos entender el autismo como una condición de vida que afecta en mayor o menor medida la interacción social por medio de la comunicación, la conducta, el lenguaje y la integración sensorial de las personas. No es una enfermedad, es una manera diferente de interpretar las palabras, los colores, las formas y los sonidos del mundo que nos rodea.
Se dice que es un espectro porque existe una gama muy variada de características con las cuáles se expresa el autismo, pero en cada individuo es una combinación única, por decirlo de algún modo. Lo anterior significa que las personas con autismo pueden compartir similitudes en algunos comportamientos, pero ningún caso de autismo es igual a otro.
Por otro lado, se refiere al neurodesarrollo porque las conductas siempre están latentes, desde que se nace hasta que se deja de vivir, pero la manifestación depende del desarrollo de la persona, por ejemplo, en la infancia pueden no tener algunos comportamientos que en la adolescencia sí, o viceversa.
Mitos y realidades del autismo
Mito
El autismo es una enfermedad.
Realidad
El autismo no es una enfermedad. No tiene cura, es una manera diferente de interpretar el mundo.
Mito
Las personas con autismo son agresivas y se autolesionan.
Realidad
Las conductas autoagresivas pueden ser parte de los proceso de regulación de emociones.
Mito
Las personas con autismo son genios.
Realidad
Algunos pueden tener un coeficiente intelectual más alto, este aspecto no se debe generalizar.
Mito
Las personas con autismo carecen de sentimientos y emociones.
Realidad
Las personas con esta condición de vida sí sienten. No debemos confundir los retos de interacción social que presentan con la falta de sentimientos.
Mito
Las personas con autismo viven en su mundo.
Realidad
Las personas con autismo NO viven en su mundo. Mundo sólo hay uno y ellos son parte de este.
Cifras de autismo, ¿por qué importa?
El autismo no tiene características físicas evidentes, lo que complica más que las personas tengan empatía ante actitudes o reacciones propias de la condición. Los estudios estadísticos son escasos, pero lo que se conoce hace evidente la necesidad de visibilizar y concientizar sobre el tema.
En México 1 de cada 115 personas tiene autismo
El único estudio impulsado por Autism Speaks y CLIMA (2016) calcula que casi 1% de la población infantil. La incidencia en la adolescencia y vida adulta no se ha estudiado, pero ya que el autismo es una condición de toda la vida, la cifra podría generalizarse a toda la población.
En el mundo, 1 de cada 100 personas tiene autismo
Este cálculo de la Organización Mundial de la Salud representa una cifra media, la prevalencia varía considerablemente entre los distintos estudios y a mayor investigación, mayor número de casos. Hay lugares como EE.UU. donde la cifra llega a 1 de cada 36 personas.
%
es el incremento de incidencia cada año
De acuerdo con Centers for Disease Control and Prevention, el diagnóstico aumenta cada año. Sin embargo no significa que “haya más autismo”, sino que se diagnostica de forma más oportuna, lo que indica que quizá hay más casos de los conocidos.
Desafíos del autismo
El autismo no entiende de raza, género o grupo social. Cada familia tiene retos particulares dependiendo del entorno familiar y la economía, sin embargo, todos tienen un desafío en común: la falta de información y de sensibilización en la sociedad para generar entornos incluyentes.
Causas del autismo
Las causas se desconocen, sin embargo, se cree que es un componente genético detonado por un factor externo, es decir, se puede tener la predisposición genética a la condición y si se le agregan “factores ambientales” la condición puede hacerse evidente. Desafortunadamente aún se desconocen cuáles son dichos factores.
Se han estudiado varios genes que al parecer predisponen la aparición de TEA.
También hay estudios que indican la posible exposición a diversas sustancias durante el embarazo.
Otra línea de estudio es el funcionamiento de algunas células del cerebro.
No hay nada concluyente y es un hecho que aún falta mucha investigación, pero sí se ha comprobado que las vacunas NO tienen relación alguna.
Diagnóstico y acompañamiento terapéutico
La detección temprana es lo ideal, ya que gracias a la plasticidad cerebral se puede trabajar el desarrollo de habilidades. Sin embargo, a cualquier edad, el acompañamiento terapéutico personalizado y especializado es clave para mejorar su calidad de vida.