El Día de las Madres, tradicionalmente se celebra exaltando los sentimiento de amor y gratitud hacia esas mujeres increíbles que lo dan y hacen todo por sus hij@s. Pero en medio de los abrazos y los regalos, hay algo que es muy importante mencionar: las maternidades son diversas. No hay una única manera de ser madre. Cada mujer trae consigo su propia historia, su cultura, sus valores y, sí, también sus desafíos. Dentro de las muchas formas de maternar, hay una que nos interesa de manera particular debido a la poca visibilidad sobre el tema: las madres autistas. 

Es hora de hablar de la maternidad autista, de reconocer esta crianza con retos atípicos, porque no sólo implica una forma distinta de ser madre, sino una forma diferente de enfrentar los retos sociales de la maternidad. Enunciar a las maternidades autistas no solo es importante, es crucial para entender la verdadera diversidad de experiencias que existen en la crianza. 

De modo que, cuando hablamos de maternidades autistas, en primera instancia, es necesario quitar ciertos mitos respecto al autismo: no es una enfermedad, es una forma distinta de percibir e interactuar con el entorno.

Además de los retos asociados con el espectro autista (Véase Retos del Autismo), María Merino Martínez en Mujeres y Autismo, La identidad camuflada, plantea que algunas madres autistas pueden experimentar los siguientes retos:

  • En el periodo perinatal, pueden ser más propensas a padecer afectaciones en su salud mental, dado que las dificultades inherentes a la condición se entrelazan con experiencias estresantes que pueden encontrar en el transcurso de su embarazo.
  • En muchas ocasiones, pueden ser presionadas para encajar en estándares o roles sociales considerados femeninos y a cumplir con ciertas expectativas sociales. 
  • Para algunas, implica un gran desafío encontrar un equilibrio entre las necesidades de sus hijos y el cuidado propio. Esto debido a las rutinas que ambos pueden tener. 
  • Dificultades para exponer a su hij@ en situaciones sociales. 
  • El ser cuestionadas sobre la eficacia de sus habilidades en la crianza les genera sentimientos de incompetencia, sintiéndose inseguras de “si lo están haciendo de la manera correcta”. 
  • Mayor sentimiento de incomprensión por parte de los especialistas. 

Gran parte de los desafíos no solo se tratan del espectro autista sino de los prejuicios y cuestionamientos de la sociedad. Según dicha autora, gran parte de las madres autistas deciden no contar sobre su diagnóstico por temor a ser juzgadas o ser consideradas incompetentes en su rol maternal. 

Ante esto, es importante fomentar las redes de apoyo, las cuales pueden comenzar en la familia y complementarse con la búsqueda de vínculos con otras mamás que se encuentran viviendo una situación similar o incluso buscar especialistas en quienes apoyarse. Esto ayudará al cuidado de la  salud mental y a no sentirse solas en el camino. 

Comprender la unicidad en las experiencias de las madres autistas es fundamental para construir una sociedad más empática. Al hablar sobre las maternidades autistas,no sólo reconocemos la diversidad de experiencias de maternaje, sino que también promovemos la aceptación y la inclusión de todas las familias. 

Fuentes: 

  • Martínez, María. Mujeres y Autismo, La identidad camuflada, Fundación Garrahan
  • Bizarro, Montse, Autismo en madres e hijos [en línea], dirección URL: https://specialisternespain.com/autismo-en-madres-e-hijos/