En los últimos días, declaraciones políticas han encendido una intensa controversia al vincular el consumo de paracetamol (Tylenol) con el autismo. Esta afirmación ha generado una ola de confusión, desatando una pregunta en la mente de innumerables madres: “¿Y qué tal que yo tomé paracetamol? ¿Y si por ese dolor de cabeza mi hij@ es autista?”.
Pero mientras el ruido mediático se enfoca en una afirmación sin base científica, se nos presenta una oportunidad crucial para abrir la conversación sobre la importancia de las narrativas y lo que verdaderamente importa. Por ello, Gerardo Gaya, director de Iluminemos por el Autismo reunió la experiencia y conocimientos de Tatiana Luis, autista y creadora de Autismo en Positivo; Dr. Carlos Marcín, pionero en temas de autismo en México; y al Dr. Antonio Rizzoli, autista y experto en Pediatría del Desarrollo y Neurología Pediátrica para explorar este tema con bases en evidencia científica y sensibilidad.
En este artículo usará como exploraremos las cuatro lecciones críticas que esta polémica ha sacado a la superficie.
1. La Afirmación No Es Científica, Es una Distracción Política
El intento de vincular el paracetamol con el autismo no es un debate científico legítimo, sino una maniobra política e ideológica. El Dr. Carlos Marcín, con más de 50 años de trayectoria, describe esta táctica como una «fórmula reduccionista» que busca crear «impacto mediático». Se presenta como una «misión salvadora» donde un problema complejo se trata como si fuera «rápido… fácil… sencillito».
Esta narrativa encaja en un patrón familiar que la activista neuroafirmativa Tatiana, quien también es autista, identifica claramente: «crear el problema inexistente y aparecer mágicamente con la solución». Es una forma de manipular la conversación pública, generando un enemigo tangible para luego posicionarse como el único capaz de vencerlo.
Científicamente, la afirmación confunde correlación con causalidad. El Dr. Antonio Rizzoli ofrece una analogía histórica perfecta: hace cien años, un estudio encontró que las personas que tomaban café tenían más riesgo de cáncer de pulmón. Años después se descubrió la verdad: las personas que tomaban café también fumaban. El café no era la causa, era un factor de confusión. De la misma forma, un vínculo estadístico no demuestra que el paracetamol sea la causa del autismo. Entender esto es el primer paso para dejar el miedo y enfocar la energía en acciones productivas.
2. La Búsqueda Insistente de una «Causa» Es Profundamente Dañina
Aunque parezca contraintuitivo, la búsqueda incesante de una «causa» única del autismo es inherentemente dañina. Esta fijación social refuerza la falsa idea de que ser autista es un error que debe ser prevenido o corregido. Para la comunidad autista, esto puede sentirse como vivir en un «reality show donde siempre tiene que haber drama», una existencia bajo un escrutinio agotador. Esta búsqueda no solo afecta a la comunidad autista. El Dr. Rizzoli señala que genera un inmenso «estrés materno», sumiendo a las madres en una espiral de culpa.
Por su parte, Tatiana describe el impacto de esta narrativa en la salud mental de las personas autistas como «lapidario». La búsqueda de culpables invalida su existencia, tratándolos como un problema a resolver. «Es sentir que estás roto y que tu existencia no es buena para este mundo. Eso evidentemente lleva a tener pensamientos muy malos… es tremendamente agotador.» Este testimonio subraya que el debate no es solo sobre datos. Las palabras tienen un impacto que puede ser devastador. La conversación sobre «causas» no es abstracta; se traduce en invalidación y un profundo daño psicológico para quienes son el objeto constante de la discusión.
3. La Ciencia Ya Superó la Idea de una Causa Única
La obsesión por encontrar un solo culpable no es nueva. El Dr. Marcín recuerda cómo, a lo largo de los años, se han propuesto y descartado teorías simplistas. La historia se repite: desde el estudio que relacionaba el autismo con las vacunas (Andrew Wakefield), pasando por la hormona secretina, hasta las dietas libres de gluten y caseína. El paracetamol es solo el último eslabón de una larga y desacreditada cadena.
Mientras la política recicla estas ideas, la ciencia ha avanzado en la dirección opuesta. Una publicación de julio de un consorcio liderado por la Fundación Simons y la Universidad de Princeton identificó al menos cuatro «fenotipos» distintos de autismo. Entre ellos se encuentran:
- Un «autismo mixto» con desafíos conductuales acompañados de ansiedad y TDAH.
- Un subtipo con menos desafíos sociales y un desarrollo típico.
Este descubrimiento demuestra que el autismo no es un «gran cajón» monolítico. Es una condición compleja y diversa, lo que hace científicamente ilógica la idea de una causa única. Como concluye el Dr. Marcín este tipo de polémicas hacen sentir que «estamos regresando a niveles de hace 50 años, cuando cualquiera podía decir una barbaridad, una atrocidad».
4. La Verdadera Crisis No Es el Paracetamol, Sino la Falta de Apoyo y Acceso
El foco mediático en el paracetamol es una distracción que desvía la atención de las crisis reales que enfrenta la comunidad neurodivergente. Es lamentable ver cómo años de esfuerzo por la dignificación son borrados por una controversia fabricada. La verdadera emergencia no está en el botiquín, sino en la indiferencia sistémica.
La conversación debería centrarse en estas injusticias urgentes:
- Un sistema educativo obsoleto que, en palabras de Tatiana, «sigue sin responder» a las necesidades del alumnado neurodivergentes, tanto en escuelas públicas como privadas.
- El acceso al diagnóstico de autismo como un privilegio. La imagen del autismo sigue limitada a un hombre blanco de clase media. Como cuestiona Tatiana, «¿te imaginas una persona nativa mapuche autista?». La falta de acceso y representación en comunidades excluidas es una crisis invisible.
- La ausencia de políticas públicas de atención al autismo, efectivas. El Dr. Rizzoli destaca una diferencia crítica: en Estados Unidos, un diagnóstico «abre puertas» a servicios financiados por el gobierno. En México y otros países, a menudo «cierra puertas», llevando al aislamiento. Esto se agrava porque, a diferencia de EE. UU., México sí reconoce a los niños como titulares de derechos desde su nacimiento, haciendo de la inclusión un imperativo legal y moral, no un favor.
- La necesidad de fomentar la comprensión social en lugar de seguir buscando culpables.
Estas son las áreas donde la energía, los recursos y la cobertura mediática sí se necesitan.
Conclusión: De la Culpa a la Pertenencia
La controversia del paracetamol es una distracción que nos aleja del trabajo urgente de construir una sociedad más inclusiva. El objetivo no es encontrar una «cura» para que las personas autistas se vuelvan «normales», sino reconocer, respetar y dignificar todas las formas de ser y pensar, porque la neurodiversidad es inherente al ser humano
La historia humana lo demuestra: los grandes hitos, las invenciones y los movimientos que nos han hecho evolucionar como sociedad fueron impulsados por personas que «pensaban distinto». El mundo necesita toda clase de mentes. La diversidad neurológica no es un problema a erradicar, sino la fuente de la riqueza de la humanidad.
Ahora que la evidencia es clara, ¿cómo podemos, como sociedad, dejar de buscar culpables y empezar a construir un mundo donde cada neurotipo tenga lugar y voz
Aquí te dejamos el Live completo: https://www.youtube.com/live/pdWFsZ54VIk?si=PZLSmDSi0Tv8vNwt