Brandon Williams estaba en clases cuando notó que su compañera Jessica se estaba ahogando con la comida. Él se acercó y supo exactamente lo que hacer; se puso sobre ella y comenzó a apretarle con fuerza el pecho. Tras el tercer intento, el pedazo de manzana salió despedido de la boca de la chica y pudo volver a respirar con normalidad. Uno de los profesores de la escuela se encontraba ahí en ese momento, y cuando le preguntó a Brandon dónde había aprendido la técnica, el muchacho contestó esta genialidad: “en las caricaturas de Bob Esponja”.
Ni el autismo ni sus 13 años impidieron que Brandon salvara a su amiga Jessica Pellegrino. Él se puso sobre ella para realizarle la maniobra de Heimlich, la cual finalmente le salvó la vida. Uno de los profesores dio un comentario sobre lo ocurrido:
“La cafetería siempre es muy ruidosa, pero escuché a los niños llamándome. Yo estaba preparado para saltar, pero Brandon la tenía. Él fue increíble, nunca vi nada como eso. Alguna gente tiene visiones preconcebidas sobre el autismo, pero estos niños son inteligentes, adorables y magníficos”.
-Brian Griffin-
Tanto fue el agradecimiento que la comunidad escolar sintió hacia Brandon, que al día siguiente se le preparó una pequeña fiesta. Los adultos dijeron que se merecía una medalla por su heroísmo, pero él les respondió “no necesito una medalla, estoy bien, estoy bien”. El joven lo que quiere es estar en paz y se nota que las cámaras lo ponen algo nervioso, sin embargo ninguno de los presentes olvidará lo que hizo.
Fuente: UPSOCL