En el marco del 25 de noviembre, Día Mundial contra la Violencia hacia la Mujer, también es importante visibilizar la violencia hacia las mujeres autistas. En un mundo en el que las mujeres enfrentan desigualdades en una sociedad patriarcal, sólo por su género, ser autista agrega otra capa de desafíos; una realidad compleja que merece ser reconocida, hablada y erradicada. Al vivir el autismo, el peso de la violencia se multiplica y adquiere muchas formas;es interseccional, se intensifica al cruzarse con otros factores como la situación económica, el color de piel, la identidad y las diferentes capacidades humanas ya sean físicas o mentales. Son experiencias únicas que nos muestran lo injusto y difícil de vivir en una sociedad que aún no comprende ni respeta completamente la diversidad humana.
Ejemplo de ello es el “diagnóstico de autismo”, que llega mucho más tarde en las mujeres y niñas, a veces ni siquiera llega. Las características del autismo en las mujeres suelen ser menos visibles porque, desde pequeñas, se enseñan a ocultar su verdadera personalidad para “encajar”, se espera que debido a su género, la amabilidad y la subordinación o pasividad estén siempre presentes. Este esfuerzo por enmascarar lo que sienten y quiénes son, las deja sin la posibilidad de ser entendidas en su diversidad. Viven sin un nombre para su experiencia, creyendo que lo que sienten es algo cotidiano para todos y todas afectando su bienestar y su vida entera.
Además, muchas mujeres autistas son vulnerables a distintos tipos de abuso. Investigaciones, como las de la Conferación de Autismo España, muestran que las mujeres autistas tienen una probabilidad mucho mayorde enfrentar: bullying, acoso, violencia de género y violencia sexual. El deseo de encajar y la dificultad para entender algunas interacciones sociales las pueden volver un blanco fácil para quienes buscan aprovecharse de su confianza. Esta situación es especialmente preocupante, pues muchas veces el abuso viene de personas en quienes confiaban.
La violencia hacia las mujeres autistas también ocurre de formas más sutiles pero no menos dañinas. En instituciones como hospitales y escuelas, las mujeres autistas suelen ser juzgadas en lugar de ser apoyadas. Algunas instituciones muestran falta conocimiento y empatía sobre sus realidades, y esto las deja aisladas y sin recursos para enfrentar las barreras diarias que les impone la sociedad. La invisibilización de sus necesidades es una forma de violencia que pasa desapercibida, pero afecta profundamente sus vidas.
México aún tiene un largo camino por recorrer en temas de violencia contra la mujer y en la investigación sobre el autismo. Afortunadamente, organizaciones como Iluminemos por el Autismo están trabajando para cambiar esta realidad. Con una agenda de especialistas y un directorio para el diagnóstico, Iluminemos por el autismo recalca la importancia de que las mujeres autistas vivan una vida libre de violencia, reciban un diagnóstico oportuno y se les incluya en la sociedad . Al final, reconocer la interseccionalidad entre la violencia de género y las experiencias de las mujeres autistas no solo es un acto de justicia, sino un paso esencial hacia una sociedad que cuida y protege a cada persona en toda su diversidad.
Fuente: Confederación de Autismo en España. (2023, noviembre). Las mujeres en el espectro del autismo son especialmente vulnerables ante distintas formas de violencia de género. Autismo España. https://autismo.org.es/actualidad/noticias/avance-estudio-violencia-genero/