Durante la noche de la entrega de los Premios Oscar 2019, las reacciones de muchos usuarios de redes sociales hacia las expresiones de Olmo Cuarón, evidenciaron la falta de empatía hacia las diferencias que prevalece en gran parte de la sociedad.
Olmo Cuarón es un chico de 13 años diagnosticado con autismo, una condición de vida que se caracteriza por dificultades en la interacción social a partir de desafíos en la comunicación, el lenguaje, la conducta y la integración sensorial. Podría decirse que, a través del autismo, el mundo se percibe de una manera diferente a la que la mayoría estamos acostumbrados.
Algunas personas con autismo expresan sus emociones de formas poco comunes y estos comportamientos, desafortunadamente, pueden provocar reacciones negativas. Además, el autismo no posee características físicas evidentes, lo que, aunado a la falta de información y concientización de la sociedad respecto al tema, genera entornos excluyentes o poco amigables para quienes viven con esta condición.
Con lo sucedido con Olmo Cuarón, muchos se disculparon argumentando que desconocían su condición, algunos otros dijeron que “las bromas” eran por los gestos, no porque tuviera autismo, lo cual nos lleva a preguntarnos: ¿Ser diferente, justifica la burla? ¿Es necesario saber que el otro “tiene algo” para respetar las diferencias?, ¿Qué tipo de sociedad queremos?, ¿una que normalice la falta de respeto a la diversidad? o ¿una que celebre el valor de las diferencias?
El domingo fue Olmo, pero en nuestro país 1 de cada 115 niños tiene autismo y todos los días, personas de todas las edades viven situaciones similares en cada rincón del país, en sectores de salud, educativos, laborales y sociales. Infórmate y concientízate sobre el autismo, juntos podemos transformar esa realidad a favor de un México mas incluyente.
Que redacción tan acertada. Así es, la burla no se justifica de ninguna manera. Si a las personas supuestamente «regulares» les afecta la burla, algunos fingen que no pero si les afecta de una o de otra manera. Ahora pensemos en personas con alguna condición, no solo autismo, los puede sumir en una profunda depresión solo por no ser ¿»perfecto» ? Pero… ¿perfecto para quien? La mayoría de las veces, quienes se atreven a juzgar, están mucho peor que las personas de las cuales se burlan. El diagnóstico: Pobreza mental.