David tiene 11 años. A los 8 fue diagnosticado con autismo de alto funcionamiento. Cuando le dieron la noticia se sintió bien al comprender por qué le costaba trabajo entender al mundo.
Le encanta jugar fútbol y es el portero de su equipo. Además es bueno para las matemáticas y responsable en su escuela. Va a iniciar una nueva etapa que lo tiene lleno de entusiasmo: la secundaria.
Quiere ser alguien importante en la vida y está dispuesto a seguir sus metas y sueños para lograrlo.