Tengo dos años y medio, hace medio año me diagnosticaron TEA. Antes era un niño que no emitía sonidos, sólo cuando reía. No me gustaba que me agarraran y con quien tenía un poco más de contacto era con mi mamá. Tampoco jugaba con un juguete en específico y no expresaba mis emociones.»
«Hoy balbuceo más, me gusta tener contacto físico con mi familia cercana, juego con mi hermana mayor y además hago torres con los cubos y juego con carritos. Me encanta hojear los cuentos de mi hermana y ya hago señas para comunicarles que quiero algo; soy más expresivo y ya entré a la guardería. Me siento muy feliz de mis grandes logros.