Por: Paola Trujillo.
Todo proceso tiene un principio y un fin, sin embargo, pocas veces se habla del punto medio del mismo, a esa parte le llamo: “rumbo al cambio”… y en el tema del Autismo no es diferente.
En esta ocasión mi interés es escribir respecto al orden jurídico del Autismo, por así llamarlo, ya que últimamente está «de moda» señalar, o para ser más precisos, criticar, lo que hasta ahora se ha logrado, sobre todo en cuanto a la emisión de leyes.
Partiendo del contexto histórico, pues solo así se pueden entender verdaderamente los hechos, es importante señalar que hace casi 4 años la palabra “autismo” era un término prácticamente desconocido e invisible para la sociedad mexicana en general, te involucrabas en el tema si estabas en el camino con un diagnóstico y entonces cada familia tenía – y tendrá- su propio proceso, pero socialmente, casi nada.
Como colectivo era momento de hacer algo, ¿pero qué, si igual que con respecto al diagnóstico, se desconocía el rumbo? Visibilizar fue la respuesta… lograr que el autismo fuera relevante, algo que llamara la atención del Estado para que, como ocurrió en su momento con el Síndrome de Down, la Epilepsia o tantos otros trastornos, condiciones, discapacidades o como les haga más felices llamarlo, el autismo tomara un lugar en la agenda y en la conversación.
Alguien me dijo una vez, que existen solo dos caminos para lograr los objetivos, uno por las buenas y otro por las no tan buenas, pero en mi opinión existen miles de opciones para lograr una meta; lo importante es tomar decisiones y empezar a hacer el camino. Hoy aplaudo a las personas que en su momento fueron determinantes, valientes, y que unidos, en el año 2015 optaron por iniciar el rumbo al cambio, para lograr la visualización del hasta entonces desconocido tema del Autismo, impulsando la Ley General para la Atención y Protección a Personas con la Condición del Espectro Autista, ya que, sin duda alguna, fue un avance en nuestro país al posicionar y visibilizar la condición a los ojos del Gobierno Federal.
¿Qué pienso de la Ley? ¡Bien por esa iniciativa! ya que gracias a ello nos encontramos en posibilidad de continuar el camino. Aquí lo complicado, y es importante señalarlo, es que como en todo proceso, existen grupos que en lugar de seguir apoyando la causa para su avance, entorpecen el rumbo y se enfocan solo en señalar y criticar las acciones realizadas, con el “argumento” de que “la ley segrega”… ¡por favor! no perdamos de vista el contexto histórico: ¿qué había antes de esa ley? En su momento fue el paso necesario para estar donde estamos ahora y poder hacer lo que se necesita para continuar avanzando hacia donde debemos llegar. El proceso aún no llega a su fin, pero cuando entendamos que dividir resta, empezaremos a creer en la importancia de sumar para juntos lograr una verdadera promoción y protección de los derechos humanos.
Ahora bien, todo instrumento legislativo es perfectible, sí, sin embargo, sienta las bases para ampliar una discusión; la naturaleza de las leyes es que las mismas sean rebasadas por las necesidades y la actualización es inminente y necesaria. Esos cambios sucederán y los buscaremos, pero entonces ¿por qué desgastarnos en nimiedades?
La concepción Jurídica sobre la mayoría de los temas se ha modificado en el devenir de los años. Lo único seguro que tenemos es el cambio y la actitud que tengas al respecto, hace la diferencia. ¿Recuerdas? De «autistas» a personas con autismo, con trastorno generalizado del desarrollo o con Asperger; o las acepciones de trastorno, espectro, discapacidad, condición, etc., son solo un ejemplo de las modificaciones que se han tenido al respecto, por lo que si ahora, después de casi 4 años de publicada la Ley de Autismo y gracias al avance que ha existido en el tema la propuesta es hablar de Desordenes del Neurodesarrollo, adelante, ¡hagámoslo! unámonos para llevar la iniciativa a quien corresponda. De eso y de lo que se necesite, unidos seguro lograremos más.
Es importante no perder de vista el fin último de este proceso, nuestra meta es continuar con las acciones para que Estado, Gobierno y Sociedad consideren el tema de la inclusión bajo un modelo social y transversal, como un asunto de mayor importancia debido a sus crecientes repercusiones políticas, económicas, sociales y culturales tanto en el presente como en el futuro inmediato del país, para que, de acuerdo a la realidad actual, hagamos uso de las facultades que señala la política legislativa respecto del momento y las circunstancias sobre las cuales deben resolverse los conflictos sociales, ya sea a través de normas jurídicas o por los órganos jurisdiccionales.
Por todo lo anterior, la propuesta es seguir trabajando en conjunto, como todos los grupos vulnerables lo han hecho, e incluso mejor, para lograr la adquisición de nuestros derechos y marcar una diferencia en la historia del país.
Rumbo al cambio se dice fácil, pero requiere de un cumulo de factores, valores y voluntades para realmente lograrlo, ahora la pregunta es: ¿has pensado en qué posición quieres estar tú?