Ser aliados y aliadas de las personas autistas va más allá de un gesto simbólico o una palabra amable. Es un compromiso con la empatía, la inclusión y el respeto. La comunidad de Iluminemos por el Autismo coincide en que el primer paso es informarse. Entender qué es el autismo, conocer las diferentes formas en que se manifiesta y reconocer que no hay una única manera de ser autista permite derribar prejuicios y evitar juicios erróneos. No se trata de etiquetar, sino de comprender que la diversidad humana es amplia y valiosa.
Otro aspecto clave es respetar las diferencias sin juzgar. Muchas veces, los retos que enfrentan las personas nacen de una sociedad que no está adaptada para incluir. El ruido excesivo, las miradas críticas durante una crisis, la falta de espacios accesibles o la escasa preparación de escuelas y lugares de trabajo son ejemplos claros. Pequeñas acciones como reducir la contaminación auditiva, ofrecer ambientes amigables y capacitar a personal educativo y laboral pueden marcar una gran diferencia.
La inclusión no debe limitarse solo a las infancias. Hay personas autistas jóvenes y adultas que necesitan ser tomadas en cuenta, recibir apoyos y tener oportunidades en todos los ámbitos de la vida: educación, empleo, recreación y participación social. La empatía implica reconocer que el acompañamiento y la ayuda deben extenderse a todas las etapas de la vida y a todas sus áreas.
Además, ser aliado significa escuchar sin prejuicios. En lugar de suponer o juzgar, es mejor preguntar, acercarse con disposición y validar las emociones y vivencias. Acompañar con respeto implica verlas como lo que son: personas con derechos, talentos y capacidades que merecen ser incluidas plenamente en la sociedad.
Finalmente, no podemos olvidar a quienes cuidan y acompañan día a día: madres, padres, abuelos y cuidadores. Apoyarlos es también un acto necesario y de empatía.
Ser aliado es:
Informarse antes de opinar.
Respetar sin juzgar.
Ajustar espacios para que sean accesibles.
Escuchar con apertura.
Apoyar a las familias.
Reconocer y defender los derechos de las personas autistas.
Promover una inclusión real en todas las etapas de la vida.
Pequeñas acciones pueden aliviar los desafíos cotidianos y permitir que las personas autistas reserven sus fuerzas para lo que realmente importa. Imaginemos un mundo donde todos estemos listos para extender la mano sin prejuicios: sin duda, sería un lugar más justo y amable para todos. No olvidemos que la empatía es contagiosa, firma el compromiso https://laempatiaescontagiosa.org/