El término “Asperger” históricamente se ha utilizado para describir un segmento del espectro autista, pero en los últimos años ha caído en desuso debido a las modificaciones que se realizaron el en Manual DSM-5 en 2013, donde todas las categorías de los trastornos generalizados del desarrollo, incluido el asperger, fueron eliminados y se convirtieron en un sólo diagnóstico: Trastorno del Espectro Autista.

Hans Asperger, a quien inicialmente se le atribuyó el término, fue un médico que en la década de 1940 estudió a niñ@s con comportamientos repetitivos y con dificultades de interacción social. Sin embargo, actualmente se ha relacionado a Hans con el régimen nazi, participando y avalando la ideologia del partido, participando en programas de eutanasia en Austria. Se tiene documentado que envió a niñ@s a centros donde fueron asesinados bajo la ideología eugenésica. Estas acciones han sido rechazadas por la comunidad autista y científica, lo que ha llevado a replantear el uso de su apellido en la terminología médica y social.

El estudio del autismo no se limita a Hans sino a muchos investigadores que han contribuido al tema, incluso antes que él. El término “autismo” fue acuñado en el año 1911 por el psiquiatra alemán Eugen Bleuler, mientras que la psiquiatra soviética Grunya Sukhareva fue pionera en la descripción clínica del autismo en 1925, lo que ayudó a establecer los criterios que hoy en día son fundamentales para el diagnóstico de autismo.

Leo Kanner, es reconocido como el padre del autismo por ser el primero en diferenciar esta condición de la esquizofrenia en 1940 y también contamos con otros investigadores que contribuyeron al conocimiento sobre este tema: 

-Moritz Tramer, quien publicó un artículo sobre niños con rasgos autistas.

-Erich Rudolf Jaensch, el cuál realizó trabajos sobre autismo desde la psiquiatría 

-Howard Potter, psiquiatra que formuló criterios diagnósticos del autismo.

Hablar del término “asperger» nos sirve para reconocer que el autismo debe desvincularse de figuras comprometidas con regímenes inhumanos. Actualmente nos referimos al Trastorno del Espectro Autista (TEA) como un término más inclusivo que reconoce la diversidad de manifestaciones dentro del autismo.

Finalmente recordemos que el lenguaje que utilizamos para describir el autismo es importante no solo por precisión científica, sino también por su impacto en la comunidad autista. Sin embargo, hay personas que aún se identifican con el término “asperger” y es igual de válido que cualquier forma que decidan.