Hace unos días un querido amigo Gerardo Gaya, me hizo conocer el Trampolín Park Jump-In, de México desarrollado por una empresa con la visión de crear un espacio de diversión para toda la familia, proporcionando diferentes formas de sentir y vivenciar los espacios de juego y entretenimiento. con el concepto de jugar y moverse. Al entrar en la página sentí los inmensos deseos de estar ahí y disfrutar, saltar, pasar por el laberinto, escalar la torre de Spiderman y mucho más.
La pregunta que me vino a la mente fue ¿sería beneficioso para niños diagnosticados con TEA? Y se encendieron todas las luces del complejo sistema sensorial. En las primeras etapas del desarrollo, el movimiento y la corporalidad ocupan un lugar determinante en el desarrollo del niño, el cuerpo es el medio a través del cual se va a comunicar y a conocer su espacio externo e interno. El cuerpo se comunica a través del tono, equilibrio, postura, esquema corporal y otros componentes psicomotrices, ya que al ser un sistema abierto a nuevas posiciones en el espacio, a nuevas, percepciones a nuevas acciones, permite que el niño se desarrolle en su totalidad. El desarrollo de esas posibilidades motrices y creativas a partir del cuerpo, lleva al niño a centrar su actividad e interés en el movimiento y el acto motor y lo que de ello se deriva: estimulación y aprendizaje lo que propicia un equilibrio en sus dimensiones motriz, afectiva, cognitiva y social. La armonía y madurez de los sistemas sensoriales van a apoyar el desarrollo psicomotor, el niño aprende a regular el tono, y lo ajusta a un movimiento específico, se va llegando a la independencia segmentaria, a la coordinación motora gruesa, y estructura el movimiento en un espacio y un tiempo, produciéndose así un proceso de adaptación a la gravedad, que le permite ajustar su postura y todo esto unido transcurre en una melodía cinética [1]necesaria para que todo lo que signifique movimiento – llámese lenguaje hablado, lenguaje corporal, caminar, correr, escribir, – implique el cuerpo como una unidad. La melodía cinética es un concepto que podemos relacionar a las praxias, y parafraseando a Luria cada acción consta de una cadena de movimientos consecutivos y cada uno de los elementos de ese movimiento debe completarse para que el próximo movimiento se lleve a cabo.
Pero en los niños con autismo, este proceso es diferente, sus dificultades sensoriales limitan la adquisición de habilidades comunicativas, el desarrollo psicomotor, el mundo social propio y del otro, algunos son torpes, otros tienen poca coordinación,. Pero vamos más allá, esa construcción que se da de la persona a través de las sensaciones y el movimiento también esta alterada, y esto dificulta el poder entender al otro, ser conscientes de cómo interactuar, de cómo organizar mi discurso, como entender mis emociones y que significado les voy a dar para responder adecuadamente Ayres[2] postuló que los niños con TEA a menudo parecen tener disfunciones en la percepción sensorial y en adjudicar significado a sus experiencias, pobre iniciación de acciones con propósito, déficits en el planeamiento de nuevas acciones, además de un rango de reacción diferente a los estímulos sensoriales. Mirarse repetidamente en superficies reflejantes como un espejo, auto estimulaciones o reacciones aversivas ante diferentes texturas, saltar, girar, mostrar conductas exageradas ante diferentes sonidos, la poca planificación y coordinación motriz son entre muchas otras algunas características que están presentes en los niños con TEA y que expresan su falta de modulación sensorial. ¿Qué trae por consecuencia? Dificultades en el aprendizaje, en el comportamiento, lo que incide en el área social, emocional, en la dificultad para captar la información del entorno y por lo tanto dar las respuestas que en entorno demanda en ese momento.
Y aparece entonces para ellos este maravilloso concepto, ¿sería apto para todos los niños con TEA? En mayor o menor medida si, les proporcionará información de movimiento, equilibrio, orientación, información sobre su cuerpo, saltar, lanzarse sobre las paredes del Dogceball área, escalar el camino al cielo, entre otras diversiones, pueden resultar buenas para propiciar regulaciones sensoriales a nivel vestibular, propioceptivo, táctil., pero sobre todo es un lugar ideal para ir toda la familia, para olvidarse por un momento que el autismo marca muchas veces el ritmo, y disfrutar en familia, pasar ese tiempo de calidad en familia, papá, mamá, hermano, sean parte de su vida e intégrenlo a la de ustedes, formen un sistema pleno. Que recomiendo:
- Ser cuidadosos con los niños que tienen patrones de evitación sensorial debido a patrones hiper reactivos al movimiento, o al ser tocados. En estos casos tiene que ser poco tiempo y actividades específicas
- Regular los tiempos en que estará
- Dejar que el niño elija que juego quiere hacer, anticípele y ayúdelo
- Ser feliz, disfrutar y dejar ser
Gracias
Autora: Mtra. Elaime Maciques, Terapeuta con formación en lenguaje e integración sensorial.
Fuentes de consulta:
[1] Luria (1979) cerebro en acción
[2] Maciques, E(2016) Desarrollo infantil y las particularidades en los TEA